martes, 19 de febrero de 2008

Un jubilado más






Sin duda su retirada del poder lo convertirá en el blanco de elogios y críticas. Sólo quiero poner todo esto un poco en perspectiva.


Fidel no es ni ún heroe romántico ni un monstruo épico. No es más que un rebelde que tras derrocar a un tirano bananero, vendió al pueblo "liberado" y se instauró en una versión más dura de Batista. Es una de las historias más corrientes, cutres y casi banales del siglo XX. ¿Cuántas veces ha pasado? ¿Cuántas revoluciones han acabado con los líderes de la revuelta instalados en el palacio del anterior Rey/Dictador/Emperador y oprimiendo con más celo que un converso?


Napoleón, Lenin, Cromwell... todos hablaban de libertad.
Lo verdaderamente extraordinario son las pocas revoluciones que no acaban en una peor tiranía que aquella contra la que se desataron. Aún más increíble es el caso de la Revolución Americana. ¿Por qué Washington no se convirtió en un Robespierre o un Bolivar? ¿Cómo no llegaron Hamilton y Jefferson a las armas?
A Castro se le recordará tan sólo como una silueta de un militar barbudo fumando un habano, probablemente en el mismo logotipo de una marca de puros.

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