El Hogar de un Inglés es su Castillo
En la Pérfida Albión todavía algunos se acuerdan de lo que es la libertad, hasta los políticos, siempre interesados, reconocen que merece la pena hacer teatro y montar escándalo con la defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos.
Tanto molesta en la tierra de Orwell y Kipling, de Milton y Shakespeare que se pisotéen las garantías que protegen a un ciudadano frente a los abusos de su propio gobierno, que ¡Hay diputados dispuestos a dimitir! Todo con tal de llamar la atención y generar debate sobre la polémica y draconiana Ley del Canciller Brown.
En España todavía estamos discutiendo sobre primarias, de listas abiertas ni hablamos... aquí la disciplina de partido campa por sus anchas y quien se mueve no sale en la foto.
En USA, antaño tierra de libertades, se mueren de envidia al ver que sus primos anglosajones se revuelven contra la tiranía.
Y es que cada vez que oigamos usar el Terrorismo como excusa para vigilarnos y controlarnos, deberíamos recordar las circumstancias en las que se inventó dicho término. "Terrorisme" nació durante la Revolución francesa, y no para describir los estragos de unos pocos enajenados, sino el uso sistemático del miedo y terror por parte del gobierno para someter al pueblo. La Guillotina, no el cinturón bomba, es el símbolo del Terror. No lo olvidemos.
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