martes, 22 de abril de 2008

No son profecías...



Hace ya bastante tiempo, hablamos de como las manipulaciones de los precios por parte de gobernantes "ilustrados" y benevolentes son a menudo no sólo contraproducentes sino destructivas. Resulta sorprendente cuanto se parece la realidad a la teoría. Lo de Egipto es especialmente sangrante, pero cosas parecidas pasan en países democráticos.
No es que tengamos una bola de cristal, ni nos atormenten visiones proféticas. Es que estos idiotas tropiezan con la misma piedra una y otra, y otra y otra y otra vez...
Es demasiado cierto eso de que quien no conoce la historia está condenado a repetir los errores del pasado.

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